La Felicidad para la Sostenibilidad

empleado feliz america retail

 

“Si sacrificas el presente por el futuro nunca

serás feliz, porque cuando llegue el futuro,

no estarás presente”

 

Hace algunos años me encontraba con mi sobrino en un parque de diversiones, debo confesar que disfruto el tiempo con Nicolás debido a que siempre me deja muchas enseñanzas de vida y esta ocasión no fue la excepción. Como era de esperarse, no quería bajarse de las atracciones con mayor adrenalina y su energía parecía interminable, yo solo disfrutaba ver su cara de “felicidad”. Al finalizar su día de vacaciones alejado de sus papás, donde su tío le permitió comer cuanta cosa encontró por el camino y luego de una elevada ingesta de azúcar producto de los millones de dulces que comió durante el día, llegó la pregunta de rutina: ¿Pasaste feliz?, a lo que él respondió: “Ha sido uno de los mejores día de mi vida tío, creo que todos los niños y las personas tristes deberían venir a un parque de diversiones y así el mundo entero sería feliz”. Lo abracé y pensé en la pertinencia de su recomendación de política pública, una política pública para la felicidad de la población. La felicidad como derecho fundamental. ¡Nicolás Presidente!

 

De regreso a mi casa debo confesar que su respuesta me dejó un poco sorprendido en cuanto a las reflexiones que generó en mí. ¿Acaso era demente pensar en la felicidad de la población como meta de políticas públicas? ¿No todos tenemos derecho a ser felices? ¿Qué es la felicidad? ¿Se puede medir la felicidad? ¿Por qué en el día a día no podemos replicar modelos que generen felicidad en la población y así aumentar los niveles agregados de bienestar social? ¿Está la felicidad relacionada con el ingreso (PIB) de la población? ¿El capitalismo incentiva la felicidad?. Fue así como gracias a un día en un parque de diversiones con mi sobrino, reafirmé la famosa frase de Antoine de Saint-Exupéry “Las personas mayores son incapaces de comprender algo por sí solas y es muy fastidioso para los niños darles explicaciones una y otra vez. Las personas mayores han comenzado por ser niños (aunque pocas lo recuerden)” y recordé la importancia de regresar sobre los fundamentales. ¿Habrá una lucha más noble desde el punto personal que estar en una constante búsqueda de la felicidad individual?

 

Seguramente, a la altura de este texto ya habrá leído interesantes artículos, puntos de vista y diversas recomendaciones de la importancia de la Sostenibilidad económica, social y ambiental para el futuro de la humanidad, aproximación que comparto y defiendo 100%. Los argumentos son diversos y parece existir un consenso mayoritario en la necesidad de evolucionar hacia modelos que permitan la correcta explotación, uso y distribución de los recursos naturales. Aunque sabemos cuál es la meta, aún hay muchos interrogantes del por qué la sostenibilidad como cultura no ha permeado a la velocidad que la

humanidad lo requiere. Hoy nos encontramos enfrentado a la famosa paradoja planteada por Garret Hardin en 1968 (La Tragedia de los Comunes), la cual radica en la contradicción latente entre los intereses individuales v.s. los colectivos, más específicamente cuando un recurso natural (medio ambiente) o de uso compartido (finito), es acabado motivado por la racionalidad individual de los diferentes actores, inclusive en contra de los interés colectivos e individuales de largo plazo, dado que en el agregado a ninguno le conviene la destrucción de dicho recurso. La reflexión entonces debería estar centrada en cómo lograr la sostenibilidad del recurso compartido por medio de la construcción y facilitación de la sostenibilidad de cada uno de los individuos.

 

El reto de la sostenibilidad, recae entonces en un desafío de transformación cultural e individual que permita romper paradigmas que por años han guiado las dinámicas de construcción social. El capitalismo ha ganado todas las batallas ideológicas frente a todos los modelos que le han competido, pero le falta ganar tal vez la batalla más importante desde su creación. La batalla ética y moral (Forbes). ¿Cómo podemos construir un mundo más justo y equitativo donde la felicidad y el bienestar sean pilares fundamentales para el desarrollo de nuestras economías?. Sospecho que la única forma de lograr transformar el agregado será iniciando un proceso de transformación individual de los diferentes ciudadanos. Así las cosas, si sus acciones importan más de lo que usted cree: El futuro está en sus manos!

 

En 1980 diferentes interrogantes acerca de cómo lograr niveles de felicidad óptimos en la población empezaron a guiar rigurosas investigaciones académicas y fue así como surgió una corriente de pensamiento denominada Psicología Positiva, la cual buscaba responder una pregunta fundamental para el bienestar de la población. ¿Qué es y cómo se logra la felicidad?. Pareciera que esta pregunta con los años ha tomado más y más relevancia en las reflexiones de la población y ciertamente hoy por hoy la búsqueda felicidad ha generado una industria de millones de dólares. Existen cursos, coaches, alimentos, pastas, experiencias y demás ofertas que prometen entregarle la receta mágica para ser feliz.

 

Año a año, Gallup hace una encuesta en más de 140 países del mundo intentando medir la felicidad de la población. Aunque la metodología ha sido ampliamente cuestionada, enfoquémonos por un momento en los principales hallazgos que le han permitido a Gallup identificar algunos de los determinantes de la felicidad, recientemente resaltados por National Geographic. Para esta compañía tres cuartos de la felicidad humana depende de seis factores: crecimiento económico sólido, expectativa de vida saludable, relaciones sociales de calidad, generosidad, confianza y libertad. Lo sorprendente de este análisis es que la causalidad de estos factores solo se puede generar en gran medida por medio de incentivos de política púbica. En otras palabras, “Los lugares más felices del mundo fomentan la felicidad de su gente”. La Felicidad como política pública.

 

Uno de los casos más particulares y famosos en el mundo a la hora de analizar políticas públicas enfocadas a la felicidad es el Reino de Bután, un pequeño país del Himalaya, donde consideran que el modelo tradicional de desarrollo capitalista, donde el bienestar es sinónimo de generación y acumulación de riqueza no trae consigo felicidad, por ende, el progreso y desarrollo no debe estar asociado exclusivamente a lógicas financieras y materiales. Este Reino, desarrolló un indicador alternativo el cual se denomina el Índice de la Felicidad Bruta, el cual se sustenta alrededor de cuatro pilares: Desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo, la preservación y promoción de la cultura, la conservación del medioambiente y el buen gobierno. La felicidad no solo es un deseable para Bután es responsabilidad del Estado proveerla en cuanto a esta genera verdadero desarrollo y bienestar social.

 

Otras investigaciones de la Piscología Positiva, han mostrado lo que para ellos la evidencia científica sugiere son los 3 determinantes de la felicidad. El primero, con un peso del 50% en los niveles de felicidad de la población se denomina “Nivel de Felicidad Determinado” que no es otra cosa que una carga genética inicial de felicidad. En otras palabras, es como si el 50% de sus niveles de felicidad fueran heredados y estuvieran determinados por sus genes y la historia de sus antepasados. Al analizar con detenimiento los resultados de la encuesta de felicidad del último trimestre de 2017, se encuentran que 9 de los 10 países más felices del mundo están ubicados en Latinoamérica. Pareciera que el “sabor” latino tiene algo que ver con nuestros niveles de felicidad.

 

Por otro lado, si usted es de los que aún piensa que su felicidad está asociada a su ingreso o a elementos materiales que carece o desearía tener, la evidencia científica niega esta creencia popular. Solo el 10% de la felicidad está determinada por el ingreso. A esta categoría se le denomina Felicidad Circunstancial. El documental Happy, hace un interesante análisis que rompe de tajo la relación causal entre el dinero y la felicidad. Al analizar la evolución del ingreso en los últimos 100 años de la humanidad, se encuentra que en términos de acumulación y generación de riqueza hemos crecido sin precedente alguno, pero al comparar estos resultados con la evolución de los indicadores de la felicidad se encuentra que esta se ha mantenido constante en el mismo periodo de tiempo. Moraleja: ¡El dinero no compra la felicidad!

 

Pero seguramente se está preguntando: ¡Claro que el dinero es importante!. La respuesta es sí, hasta cierto punto. Cuando el dinero logra cubrir las necesidades básicas como alimentación, vivienda, educación entre otras, las variaciones en felicidad producto de más dinero son marginales. Si no, pregúntele a muchos de los multimillonarios del mundo y a artistas con fama y dinero, ¿Por qué se deprimen? ¿Por qué no reportan niveles de felicidad superiores a los del promedio de la población?. La respuesta es simple. La acumulación de riqueza no genera felicidad.

 

Profundicemos un poco en este hallazgo. Suponga por un momento que ganó la lotería, y podrá comprar todo lo que alguna vez soñó. Esos placeres le darán una felicidad “instantánea” pero como el hombre es un animal de costumbres, cuando se acostumbre a su nueva vida de lujos, su felicidad volverá a sus niveles iniciales. Si usted es un infeliz hoy, luego de ganarse la lotería volverá a serlo después de un tiempo, con una única diferencia, que ahora será un infeliz con dinero.

 

La buena noticia es que aún hay 40% restante que depende de usted y de su búsqueda activa de la felicidad. Los estudios han demostrado que esta felicidad está sustentada en objetivos intrínsecos muy diferentes a los tradicionales objetivos externos que por lo general son dinero, fama, imagen y demás características que lo único que generan son felicidad instantánea. Por el contrario, los objetivos internos se sustentan en elementos que requieren un trabajo consiente para su desarrollo. Se ha preguntado, ¿Cuál es su propósito de vida y su metas de corto mediano y largo plazo?. Si le quietarán su dinero, trabajo y demás elementos materiales. ¿Quién es usted? ¿Qué lo hace feliz?. Así pues, el primer elemento para aumentar su felicidad consiente, es identificar cuál es su propósito de vida. El Segundo elemento, consiste en poder tener un sentido de colectividad y trabajar por el prójimo, lo que genera una conexión con causas superiores que generan altos niveles de satisfacción en el ser humano. El Tercero, radica en esta en una búsqueda constante de aprendizajes, situación que genera

nuevos retos y emociones constantes para el cerebro. El cuarto, pareciera obvio pero muchas veces lo olvidamos. Las relaciones interpersonales de calidad son fundamentales para la felicidad de los seres humanos. Cultive y mantenga sanas la relación con su familia, amigos y colegas para facilitar la construcción de vínculos más allá de lo evidente. Ahora tiene una excusa adicional para llamar a esa persona que tanto bien le hace, pero que por estar en una búsqueda constante de felicidad instantánea la ha olvidado o la ha dado por segura. Recuerde la relaciones son como las plantas, requieren cuidado, disciplina, paciencia y dedicación, todo mezclado con una pizca de amor y pasión. Así que nunca es tarde para recuperar sus viejos amigos y compartir más tiempo con su familia, dado que el tiempo es un activo escaso que jamás será recuperado.

 

La discusión sigue abierta con muchas preguntas aún sin responder, pero con la certeza que las fórmulas de éxito del pasado no serán las fórmulas que nos llevarán a construir un futuro mucho más justo, equitativo y feliz. El modelo tradicional de acumulación de capital como fuente única de felicidad ha demostrado su incapacidad de generar verdadero bienestar social, por lo cual se requiere una profunda transformación del paradigma ortodoxo que nos ha inculcado falsas construcciones del concepto de felicidad. La sostenibilidad no solo debe entenderse desde el componente colectivo, requiere y debe analizarse desde el componente individual. El primer paso para avanzar en la sostenibilidad global empieza por un trabajo individual de las felicidades individuales de sus ciudadanos, quienes en una búsqueda consiente de la felicidad deberán conectarse con propósitos nobles, trabajar en sus relaciones todos elementos fundamentales que facilitaran el trabajo colectivo aún pendiente en el debate colectivo de la sostenibilidad.

 

La Felicidad es una decisión en casi su totalidad, por lo cual no pude ni debe ser responsabilidad de los Estados, dado que iría en contra de la libertad como concepto. Pero si puede ser sujeto de política pública, la cual incentive y promueva espacios para facilitar la búsqueda activa de la felicidad de sus ciudadanos. El verdadero desarrollo humano debe ser una mezcla entre lo material y espiritual, pero mientras nuestros indicadores sigan midiendo exclusivamente cuanto producimos, nuestras acciones seguirán produciendo infelicidad. Un día en un parque de diversiones me enseñó mucho, pero sobre todo me recordó la importancia de lo fundamental y conectarme con un sentido de propósito mucho más allá de lo que la sociedad espera y desea de nosotros. Quite por un momento todo lo material y deje solamente lo básico y ahora pregúntese. ¿Es usted feliz?.

 

En la sección ejercicios   encontrará 5 preguntas, pare por un momento y ubíquese en un lugar donde podamos reflexionar juntos por unos minutos. Vamos a pensar acerca de su felicidad y el impacto de sus acciones en su comunidad (trabajo, familia, amigos, barrio, etc).donde encontrarán la actividad de esta semana. 

 



volver