11) Dia de la tierra: Los retos que afrontaremos en 40 años. - Cierra el 28 de Mayo

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Antes que nada: Actualmente estamos llevando a cabo la encuesta de cierre de semestre donde invitamos a todos los miembros de la comunidad Diego y Lía a evaluar el Programa de Formación en Ética y Valores Ciudadanos y les preguntamos tambien algunas cosas sobre el Programa de becas. Si aún no la has contestado, puedes responderla en el siguiente link...

 

https://goo.gl/forms/xJ8NyzYADXcPOlAD2

 

Estimados y estimadas participantes del programa,

El pasado 22 de abril se celebró el Día de la Tierra, o más exactamente, el Día de la Madre Tierra, como lo llamó Naciones Unidas para hacer referencia a la interdependencia entre seres humanos, las especies del planeta, y el planeta en si mismo. El objeto de este día es recordar la responsabilidad que compartimos, como sociedad, por construir una relación armónica con la naturaleza, al tiempo que busca visibilizar las problemáticas que afrontamos en la actualidad y que afrontaremos en el futuro, a menos que tomemos conciencia y cambiemos nuestras prácticas. Y si, esto incluye nuestras prácticas individuales, pero también nuestras estructuras sociales. ¿Estaremos a la altura para responder a este llamado? 

La respuesta, lamentablemente, es no. 

Los limites del crecimiento. 

Hace un poco más de cuarenta años, en 1972, se reunía un grupo de científicos provenientes de MIT y de distintas áreas del conocimiento a través del Club de Roma, para hacer el lanzamiento de un estudio que había tomado años de trabajo, el estudio se llamaba: Los limites del crecimiento (El libro medioambiental más vendido de todos los tiempos). Para ese entonces -cuando no se hablaba tanto sobre calentamiento global, deshielo polar, sequías ni contaminación- el mensaje del informe parecía revolucionario y sin sentido, a pesar que hoy día su principal tesis sea casi aceptada por cualquier persona en el mundo, y es que en realidad es muy sensata: en un planeta con recursos naturales finitos no se puede tener un crecimiento o desarrollo infinito. Y si se sigue pensando lo contrario, el medio ambiente como sistema que sostiene la sociedad, colapsará. 

El objetivo de los autores era sencillo, prevenir a los gobiernos y a la sociedad civil para que transformaran las políticas antes que sucediera lo peor, antes que el daño fuera irreversible. Sin embargo, el cambio nunca llegó, los intereses económicos a corto y mediano plazo superaron las consideraciones de un futuro sostenible. Incluso hoy día sigue pasando lo mismo cuando lideres como el presidente de Estados Unidos sigue reivindicando los intereses de industrias contaminantes. 

El informe de 1972 realizó un diagnóstico sobre la sociedad de su tiempo, advirtió sobre lo que podría ocurrir y dio algunas recomendaciones, pero ignoró la brecha existente entre lo que queremos y debemos ser y lo que somos. 

2052: Un Pronóstico Global para los Próximos Cuarenta Años

Con base a esta experiencia, uno de los autores del informe de 1972 -Jorgen Randers-  realizó nuevamente un informe hace un par de años: 2052, Un pronóstico global para los próximos cuarenta años. Esta vez el informe tendría un enfoque diferente, ya no se trataba de esperar lo mejor las sociedades para así evitar las dificultades. En lugar de esto, Randers se dedicó a realizar un pronóstico, no sobre lo que debe ser, sino lo que será. Y sus conclusiones son muy interesantes. 

Hoy queremos compartir con ustedes un fragmento de una de las perspectivas sobre lo que será el futuro en 2052. En su libro, Randers invita a más de 30 expertos del mundo en diferentes áreas a que den su idea de lo que será en ese entonces, aquí les compartimos una de esas, no sin antes dejarlos con un fragmento de una entrevista realizada a Randers. 


 

Instrucciones del curso  

A continuación encontrarán: 1. fragmentos de la entrevista a Randers. 2. La perspectiva del futuro de Carlos Joly 3. El discurso de Francia Márquez al recibir el premio Goldman Enviromental 4. Video que resume la importancia del fallo que lograron 25 niños, niñas y jóvenes del país en beneficio de la amazonia, demostrando que se puede impulsar un cambio. 

Luego de esto los invitamos a la sección de ejercicios donde encontrarán la pregunta de esta semana. 


 

Entrevista tomada del programa maestría de ISO de la universidad Ginebra sobre la normalización, regulación social y desarrollo sostenible: http://www.copant.org/phocadownload/iso_lt_2014/20140815_El%20mundo%20de%20acuerdo%20a%20Jorgen%20Randers.pdf

Usted proporciona una visión bastante pesimista de nuestro futuro en el 2052. ¿Cuál era su intención?

Randers: Mi intención personal es que he pasado 40 años de mi vida trabajando por el desarrollo sostenible. Ahora soy un hombre viejo y he fracasado. El mundo es menos sostenible en este punto del tiempo que hace 40 años, cuando empecé a trabajar. Y así, cuando me decidí a escribir el libro, básicamente escribí por el bien de mi salud mental. 2052 no es más que una descripción del tipo de mundo que, en la sociedad global, vamos a decidir por nosotros mismos durante los próximos 40 años.

¿Cómo ve el 2052?

Habrá un lento crecimiento económico en el mundo rico, desempleo persistente, tensión social, aumento de la desigualdad - todos los problemas derivados del hecho de que no se los arreglan para conseguir que la economía crezca. Esto será en un contexto de constante deterioro de las condiciones climáticas, con el clima cada vez más y más extremo todo el tiempo (más sequías, más inundaciones, más incendios forestales, la lenta subida de las aguas, etc.) Esto va a ocurrir de manera esporádica - no en un patrón predecible - y después de un tiempo, estas cosas se van a poner tan extremas que van a empezar a asustar.

¿Qué va a pasar en los próximos 40 años ?

No creo que nada vaya a suceder en los próximos 40 años. Es bastante fácil hacer algo al respecto - sabemos exactamente lo que se necesita para reducir el programa climático. El simple problema es que cuesta más hacer algo que no hacer nada. Y, en consecuencia, la gente no vota a favor de estas soluciones. La triste realidad, en mi opinión, es que la mayoría de las personas hoy en día en el mundo rico no están dispuestas a sacrificar el dinero adicional que le costaría resolver todo el problema.


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Las Décadas Oscuras: Privilegio y polarización Por Carlos Joly.

De cincuenta años de iluminación progresiva y bienestar creciente, nos estamos moviendo hacia una nueva era oscura de tiempos difíciles para los muchos y un privilegio desmedido y riqueza para unos pocos.

La movilidad social ascendente fue un fenómeno general desde después de 1945 hasta alrededor de 1990. En una y dos generaciones, las familias pasaron de ser pobres o de clase obrera a clase media y clase media alta. En los Estados Unidos, la reindustrialización, el crecimiento económico, el amplio acceso a la universidad, los beneficios negociados por los sindicatos, Medicare, Medicaid y el seguro de salud hicieron el truco. En Europa occidental, sus equivalentes en las economías socialdemócratas y las políticas de la Unión Europea (UE) dieron como resultado que los Estados del bienestar que funcionan bien ofrecieran una vida mejor con oportunidades cada vez mayores para trabajadores urbanos, agricultores, artesanos y pequeños empresarios. Las horas de trabajo se acortaron y las vacaciones se alargaron mientras aumentaba el poder adquisitivo y los jubilados jóvenes y saludables llegaron a ver la jubilación como una "edad de oro".

Pero en los últimos veinte años esto ha comenzado a cambiar. La gente en las economías maduras ya no da cuenta de un aumento en el bienestar. Tienen motivos para el pesimismo. Y estarán peor.

Según lo veo, estamos entrando en una era de creciente polarización económica, social, cultural y ambiental. En los mercados maduros habrá más pobreza y más desigualdad-polarización entre los muchos pauperizados y los pocos afortunados. En las economías emergentes veremos menos pobreza, una evolución económica y social como la que vimos en los mercados maduros después de la Segunda Guerra Mundial. Se están poniendo al día, ya que los ricos occidentales están retrocediendo. Sin embargo, es común a ambos una degradación general de las condiciones ambientales y una frecuencia y gravedad crecientes de los fenómenos meteorológicos extremos que afectan a las economías de todo el mundo, aunque de diferentes maneras. Las economías emergentes tendrán que aprender a lidiar con el cambio climático emergente, desde la soya y el trigo afectados por demasiada o muy poca lluvia en las pampas argentinas, hasta los oleoductos y otras infraestructuras en Rusia que se quiebran por la creciente tundra.

En general, espero que la comunidad internacional no establezca límites sólidos de reducción de emisiones de carbón hasta que el desastre esté sobre nosotros, y probablemente entonces las políticas y el dinero irán a la respuesta de emergencia, ya que la prevención ya no será posible. Las economías maduras se retrasarán a medida que no modernicen ni ecologicen su infraestructura industrial.

China ganará este juego: en energía eólica, solar, tecnología de baterías y ferrocarriles. Simplificando la situación, la causa de las crisis recurrentes en Occidente es el triunfo del capitalismo financiero, ayudado e instigado por sus instituciones neoliberales: la Reserva Federal, el Tesoro de los Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, la legislación internacional sobre patentes y la toma de los gobiernos por oligarquías corporativas y financieras. Hay excepciones, notablemente el modelo nórdico con su socialdemocracia real; sus constituciones de vida laboral que median de manera justa los intereses del capital, el trabajo y el gobierno; sus leyes de recursos naturales aseguran que la industria extractiva paga impuestos apropiados y sus instituciones estatales de bienestar destinadas a crear bienestar para muchos a través de incentivar el empleo.

Crecimiento, consumismo, cambio climático

Los armarios, áticos y garajes de las personas están llenos de cosas. Sin embargo, a nivel macro, el mundo se sigue impulsado a una mayor producción de cosas. Los gobiernos promueven el crecimiento tradicional del PIB para crear empleos y absorber más impuestos, y apoyan activamente al capitalismo financiero porque creen falsamente que es la única forma de desarrollo. El sistema de contabilidad del PIB deja fuera de los cálculos los recursos ambientales, la fertilidad del suelo, la calidad de vida y un clima estable, mientras que los ministerios de finanzas, la UE, la Unión de Naciones Suramericanas y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático diseñan política con gafas ambientales. La globalización significa que se envían más cosas a los otros extremos de la tierra en todo momento del año, multiplicando las emisiones de carbono.

A nivel corporativo, el aumento de los volúmenes de las cosas es lo que da lugar a los niveles de beneficios que demandan los mercados financieros. Y, como en la contabilidad nacional, las cuentas corporativas no están obligadas a asumir las consecuencias de la contaminación y la degradación ambiental, se seguirá en el mismo camino. Hasta que los sistemas de medición e información utilizados por los mercados tengan en cuenta la degradación ambiental, continuaremos superando los límites de la naturaleza, es decir, sus capacidades asimilativas y regenerativas para sostener la civilización y otras formas de vida.


Nuevas reglas de responsabilidad

Todo esto tiene que cambiar: al menos en los mercados industriales la producción y el consumo de bienes culturales, no contaminantes y no materiales tiene que reemplazar el mercado de objetos, y su valor monetario tiene que ser revalorizado al alza. En palabras simples, lo que hacemos para ganar dinero tiene que cambiar. Pero la necesaria transformación de energía, agricultura, transporte y fabricación no ocurrirá a tiempo, es decir, antes de 2052, debido a la oposición política exitosa por intereses creados en las industrias del carbón, petróleo, gas, petroquímicos y automóviles y los servicios públicos y negocios relacionados que dependen de ellos.

El resultado es que estamos a solo cuarenta años del desastre. En 2052, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera se moverá hacia niveles que provocarán daños irreversibles a gran escala. Para evitar alcanzar ese nivel, el mundo debería reducir las emisiones al menos a la mitad para 2052. No espero que esto suceda. Los gases de efecto invernadero creados por el hombre crecerán más allá del punto de inflexión.

La nueva tecnología no es la barrera: la energía del viento, el agua y la energía solar puede cubrir el 100% de nuestra demanda de energía con la tecnología existente. El problema real tampoco es la falta de dinero. El gasto en guerra es más del 2% al 3% del PIB mundial. Tomaría mucho menos que esto para cubrir el costo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% en veinte años y hacer la adaptación necesaria a los impactos residuales del cambio climático.

De la mitigación a la adaptación

Lo que espero es que los esfuerzos pasarán de buscar la reducción de las emisiones a intentar adaptarse para de evitar el desastre, esto, junto con vanos intentos de suavizar el impacto de las tormentas, sequías, inundaciones, olas de calor, olas de frío, y el cambio de los patrones de lluvia que aumentarán en frecuencia y gravedad.

No solo cambiará la agricultura, sino también la ubicación de nuevas ciudades y la localización de nuevas infraestructuras. Los destinos turísticos y todo lo que dependa de ellos se verá afectado. Algunos lugares establecidos en el Mediterráneo serán demasiado calurosos y secos en verano, para ser reemplazados por otros, tal vez en el Báltico y Escandinavia, por ejemplo.

La sostenibilidad llegará a identificarse con la capacidad de supervivencia. La responsabilidad social corporativa, la inversión responsable, la ecoeficiencia voluntaria, el comercio de carbono y el conservacionismo romántico no serán más una solución al desafío épico climático que el Pacto Mundial, la Agenda 21 y los Objetivos de Desarrollo del Milenio buscaban. La autorregulación voluntaria de los mercados es el dogma fallido de los años 1990 y 2000. Nada menos que los esfuerzos dirigidos por el gobierno en la escala de la recuperación de la Segunda Guerra Mundial harán el trabajo. Tenemos que dejar de engañarnos con soluciones de “curitas” cuando se necesita una cirugía radical.

La toma de decisiones

El problema en el mundo desarrollado seguirán siendo las prioridades políticas, el liderazgo y la voluntad. Los políticos y los parlamentos continuarán pecando del lado de las industrias contaminantes en lugar de las verdes. Los países en desarrollo se concentrarán, comprensiblemente, en hacer crecer sus economías para proporcionar vivienda básica, transporte y servicios de salud a sus pueblos y no enfocarse en las mejores soluciones ambientales para llegar allí. Estarán sujetos a las mismas presiones a corto plazo del mercado financiero que los mercados desarrollados. Por lo tanto, creo que el desastre del cambio climático es inevitable durante el siglo XXI. Afectará a todos los países, a diferentes velocidades y con diferentes impactos, dependiendo de sus condiciones naturales y sociales, infraestructura y recursos de adaptación. Lamentablemente, la sociedad parece cambiar de dirección solo bajo un peligro agudo y un alto dramatismo, mientras que la catástrofe climática se presenta en goteras y precipitaciones, no como un gran estallido sino como la suma de un gran número de pequeñas calamidades.

Con el mercado financiero en el asiento del conductor de los gobiernos, la humanidad buscará un crecimiento económico continuo. Los gobiernos seguirán siendo incapaces de imaginar otras formas de crear empleos o aumentar los impuestos. El efecto, para 2052, será menos pobreza en los países en desarrollo, más pobreza e inequidad en el mundo desarrollado y mayor degradación ambiental en general.

Sinceramente espero estar equivocado. Como Romain Roland, novelista y humanista del siglo XIX, dijo: "El pesimismo de la mente no excluye el optimismo de la voluntad".

1. Los limites del crecimiento PDF

2. La derecha y la izquierda | Polarización artificial en época electoral : A propósito de las elecciones. El video que nos comparte Luis Pinzón. Gracias Luis!



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