01) Ciudadanía, política y corrupción (Abierto solo para estudiantes graduados)

 

Estimados y estimadas participantes del programa,

Esta semana empezamos nuestro Programa de Formación en Ética y Valores Ciudadanos 2017-1. Sin duda los últimos meses han tenido tantos acontecimientos nacionales e internacionales, que para que pudiéramos adelantarnos en todos los debates necesitaríamos -como mínimo- un semestre entero. Pero bueno, como bien escribía Hector Abad hace un tiempo:

Uno nota que Colombia vive de sobresalto en sobresalto, de alarma en alarma, de emergencia en emergencia, y todo es presentado de un modo tan dramático y exagerado que da la impresión de que cada semana el país está al borde del colapso por un motivo distinto.

Y no. Lo cierto es que el país sigue ahí.”

Cierto es, que en nuestra cotidianidad discurrimos entre la alarma y la tranquilidad, la crisis y la pasividad, la consternación y la apatía. Así que, ya que no podemos abordar todo lo que ha pasado en este par de meses, para nuestro primer contenido hemos optado por un tema más trascendental,  un tema que más allá de alarmar, nos ayudará a comprender mejor porqué es importante ser menos apáticos –idiotes- y más comprometidos –polítikós- con lo que pasa a nuestro alrededor, por supuesto, sin que entremos en algún tipo de crisis existencial…  

¿Cuál es la relación entre la ciudadanía, la ética y la corrupción?  Instrucciones

A) En primer lugar los invitamos a nuestra sección de enlaces donde encontrarán un artículo bastante pintoresco de la revista Arcadia sobre la política y los idiotas. Luego, encontrarán un corto video sobre la corrupción en Colombia.

B) En segundo lugar los dejamos con la actividad del curso, donde tendrán que relacionar conceptos, para dar cuenta que la diferencia existente entre corrupto e idiota no es muy lejana. El ejercicio lo encontrarán en la parte de abajo de esta misma ventana y para iniciar solo deben dar click en el botón comenzar.

En caso que tengan algún inconveniente realizando el ejercicio, cierren la plataforma y el navegador e intenten nuevamente. 

C) Por último, les dejamos una conclusión donde buscamos relacionar los conceptos elaborados en el video la lectura y el ejercicio.

“Cuando el ciudadano repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrá afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”. Ayn Rand

 

Que tienen que ver los políticos con los idiotas - Articulo de la revista Arcadia

¿Cómo funciona la corrupción? - El siguiente programa

Click para ser dirigidos al contenido. 

¿Y al caso de qué viene todo esto?

Bueno, resulta que cuando nació el concepto de ciudadanía en Grecia, este hacía referencia a un conjunto de derechos que podían ejercer los hombres, a diferencia de los esclavos, los extranjeros y las mujeres (Sí, las mujeres que de hecho, en Colombia solo pudieron votar hasta la década del 50). El principal beneficio era que todos los ciudadanos podían participar en la asamblea y los tribunales. Es decir, podían gobernar junto a aquellos pocos que históricamente habían tenido control sobre lo público. 

Historia larga en corto: La ciudadanía es sinónimo de apertura política. Es que todos podamos decidir sobre lo que nos afecta a todos, en contradicción a que unos pocos decidan por el resto. Y es a la vez, un derecho que nos hemos ganado por diferentes procesos históricos políticos, económicos y sociales. Vale celebrarla. Pero más allá de eso, vale ejercerla.

En un contexto donde la política está desacreditada y la participación -por ende la ciudadanía- olvidada, vale la pena recordar de qué se trata, o porque nos podría servir para transformar aquellos fenómenos que vemos lejanos e intangibles.

Más políticos y menos idiotas. 

Posdata. Sabemos que en algunas ocasiones pensar en construir un país diferente puede ser dificil. Por eso compartimos con ustedes el siguiente poema de Kavafis, Itaca. Es el camino y no a donde se llega. 

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.



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